El transporte marítimo internacional enfrenta serios desafíos en 2024 debido a las tensiones en el Mar Rojo y los impactos del cambio climático en los canales de Suez y Panamá. Los recientes ataques a buques por parte de milicias yemeníes han obligado a las principales navieras, como Maersk y Hapag-Lloyd, a desviar sus rutas para evitar el canal de Suez. Este cambio ha incrementado los costos operativos y los tiempos de tránsito significativamente. Navegar alrededor del Cabo de Buena Esperanza añade entre 7 y 10 días adicionales a los viajes entre Europa y Asia, aumentando las tarifas de flete hasta en un 170%.
La reducción de tránsitos por el canal de Suez, que ha visto una disminución del 40% en sus ingresos, y las restricciones operativas en el Canal de Panamá, agravadas por la sequía y el fenómeno de El Niño, han causado disrupciones en las cadenas de suministro globales. Estas rutas son críticas para el comercio mundial, conectando a Asia con Europa y América.
Para mitigar estos desafíos, se recomienda a las empresas diversificar sus cadenas de suministro y mejorar el seguimiento de la carga. La implementación de planes de contingencia y una mayor transparencia son esenciales para asegurar la continuidad del negocio en este entorno volátil.
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